
El 97-81 final a favor de los Milwaukee Bucks ante el Thunder de Oklahoma City no solo reflejó el marcador de un partido, sino también el esfuerzo, la habilidad y la determinación de un equipo dispuesto a dejarlo todo en la cancha, incluso fuera de la temporada regular.
La NBA Cup, un evento que ha comenzado a consolidarse como una competencia importante en la liga, sirvió como escenario para que los Bucks dejaran claro su nivel de juego y lo que son capaces de lograr cuando se ponen en marcha.
Sin embargo, no fue solo el marcador lo que hizo especial esta victoria; fue la manera en la que los Bucks lograron imponerse ante un Thunder que, aunque luchó con coraje, no fue suficiente para frenar la ola de intensidad que representaron sus rivales.
El principal artífice del triunfo de los Bucks fue, una vez más, Giannis Antetokounmpo. Con 26 puntos, 19 rebotes y 10 asistencias, Giannis mostró por qué es uno de los jugadores más completos de la NBA.
En este encuentro, se convirtió en el corazón del equipo, guiando a sus compañeros con su imparable energía y liderazgo. La cancha se llenó de su presencia, y no fue solo en las estadísticas donde dejó su huella, sino en cada jugada y cada acción.
La manera en que se impuso en los tableros, distribuyó el balón y manejó el ritmo del juego fue clave para que los Bucks dominaran al Thunder, que no pudo sostener su presión a lo largo de los 48 minutos.
Junto a Antetokounmpo, Damian Lillard también fue un pilar fundamental, con 23 puntos que sumaron al resultado. El rendimiento colectivo de los Bucks fue sobresaliente, con 17 triples, una de las mejores marcas del equipo, que dejaron en claro la profundidad y variedad en su ataque. Sin embargo, fue en la segunda mitad donde realmente se selló el destino del encuentro.
Con una racha de 19-5, los Bucks pasaron de una ventaja corta de solo cinco puntos a una diferencia de 19 al inicio del último cuarto, controlando el ritmo y la dinámica del partido de manera indiscutible.
El Thunder, por su parte, no logró encontrar su mejor versión. A pesar de los esfuerzos individuales de Shai Gilgeous-Alexander, quien anotó 21 puntos, y Jalen Williams, con 18, el equipo de Oklahoma City fue incapaz de sostener la ofensiva que lo había caracterizado durante toda la temporada. En particular, la defensa de los Bucks fue imparable desde el perímetro, donde superaron a su oponente 51-15 en puntos de tres puntos.
A pesar de una destacada actuación de Isaiah Hartenstein, quien registró 16 puntos y 12 rebotes, Oklahoma City no tuvo las armas suficientes para competir contra la solidez de los Bucks, quienes mantuvieron el control durante el último cuarto.
Este triunfo no solo fue un impulso moral para los Bucks, sino también una declaración de intenciones. Si bien la NBA Cup no tiene impacto en los registros oficiales de la temporada, la victoria significó mucho más para los jugadores, quienes demostraron que la preparación y el enfoque hacia este torneo fueron serios desde el principio.
Para Giannis Antetokounmpo y sus compañeros, esta copa representa algo más que una victoria aislada; es el resultado de un equipo que sigue creciendo, aprendiendo y, sobre todo, demostrando que está dispuesto a seguir luchando por títulos, sin importar la etapa en la que se encuentren.
Al final, con el marcador cerrado y la victoria ya asegurada, los Bucks vaciaron su banca, dejando claro que la victoria era definitiva. Giannis, con los puños en alto y una sonrisa de satisfacción, celebró lo que había sido un esfuerzo colectivo impresionante.
Aunque el título de la NBA 2021 sigue siendo un logro mayor, la NBA Cup, en este contexto, fue un símbolo de la unidad y la fortaleza del equipo. Los Bucks han dejado claro que, independientemente de los trofeos oficiales, su mentalidad ganadora está más viva que nunca, y que siempre habrá un número de la suerte para ellos, tal como lo demostraron en esta noche.