El estadio Quisqueya Juan Marichal fue testigo de una de las victorias más abrumadoras en la historia reciente del béisbol local, donde los Tigres del Licey demostraron su poderío ofensivo con un aplastante marcador de 25-3 sobre las Águilas Cibaeñas.
Este contundente triunfo no solo significó un avance en la tabla de posiciones, sino también el establecimiento de varios récords que quedarán grabados en los libros de historia del deporte. Los Tigres, con su victoria, alcanzaron una marca de 24 victorias y 19 derrotas, asegurando la segunda posición en la clasificación y adelantando por medio juego a las Águilas, quienes se encuentran con un registro de 24-20.
El brillante desempeño del Licey fue encabezado por su sólida ofensiva, que, con 25 carreras y 27 imparables, logró romper récords de la franquicia y la liga. Según lo indicado por el historiador Tony Grullón, esta cifra de carreras es la más alta registrada en la historia de la liga, superando la marca de 24 carreras de los Leones del Escogido, lograda en noviembre de 1957.
Además, la cantidad de imparables conectados se ubicó entre las tres mejores de todos los tiempos en el béisbol dominicano. Este impresionante resultado estuvo respaldado por una actuación excepcional de Ulises Joaquín, quien se llevó el crédito de la victoria en una breve pero efectiva aparición en el relevo, ponchando al único bateador que enfrentó.
En contraste, la derrota recayó sobre Braulio Torres-Pérez, el abridor de las Águilas, quien tuvo una salida complicada, permitiendo cuatro hits y cuatro carreras limpias sin conseguir siquiera un out.
A lo largo del partido, los Tigres mostraron su dominio desde el principio. El lanzador Radhamés Liz inició por el conjunto azul, cumpliendo con una destacada labor de 3.2 entradas, en las que permitió tres hits y una carrera limpia. Su rendimiento, aunque no lo llevó a obtener la victoria, dejó en buen lugar a su equipo antes de que el bullpen tomara el control absoluto del juego.
La alineación de los Tigres estuvo encendida en todos los aspectos. Emilio Bonifacio, en un día inspirado, logró cuatro hits en cinco turnos, anotando cuatro veces, mientras que David Hensley se destacó con un par de jonrones y un total de cuatro carreras anotadas y tres impulsadas.
Sergio Alcántara también fue clave en la ofensiva con tres hits, dos carreras anotadas y una impulsada. Cada jugador en el lineup contribuyó a la increíble exhibición de bateo, lo que hizo imposible para las Águilas frenar el aluvión de carreras.
Aunque las Águilas lucharon hasta el final, no pudieron contener la avalancha de los Tigres. Entre sus jugadores destacados estuvieron J.C. Escarra, Anthony García y Jefry Pérez, quienes aportaron algunos de los pocos momentos brillantes para su equipo.
Escarra logró un par de hits en dos turnos, García conectó un hit y anotó dos veces, mientras que Pérez, en un esfuerzo personal, conectó un jonrón que produjo una carrera y dos impulsadas. Sin embargo, estos esfuerzos individuales fueron insuficientes frente a la supremacía del Licey, que no dio respiro durante todo el partido.
Este resultado no solo deja una marca histórica en la liga, sino que también pone de relieve el alto nivel de juego al que los Tigres pueden llegar en su mejor forma. La contundencia con la que el equipo dominó el juego refleja el trabajo en equipo y la preparación que ha caracterizado al Licey a lo largo de la temporada. Con esta victoria, los Tigres se mantienen firmes en la lucha por la clasificación y continúan con su búsqueda de alcanzar la cima.
En los próximos días, el equipo azul se enfrentará a los Leones del Escogido en un partido que promete ser igualmente emocionante, mientras que las Águilas, por su parte, intentarán recuperarse rápidamente de este golpe enfrentando a los Gigantes del Cibao.
Lo que está claro es que el Licey, con su rendimiento estelar, ha dejado claro que está listo para enfrentar cualquier desafío en lo que queda de temporada, y los fanáticos siguen soñando con un posible campeonato.